El asesor de seguros
De un tiempo a esta parte, el agente de seguros tradicional como lo conocíamos, se está convirtiendo a una tarea que se acerca mucho a la figura de una persona cercana que vela por los intereses de sus asegurados, brindando un apoyo que, de forma incondicional, roza el acompañamiento casi emocional en todos los asuntos relacionados con el seguro (y no tan seguro).
Aún llamados mediadores de seguros, más por la posición mediadora entre asegurado y asegurador que por la labor propiamente dicha de gestión en la mediación de siniestros, etc … Nos satisface poder estar al lado del cliente cuando lo necesita y en los momentos que realmente demandan un apoyo u acompañamiento ante situaciones donde tenemos que estar a la altura de las circunstancias.
El asesoramiento de un producto o la atención ante un siniestro, se convierten para el asesor de seguros en una tarea que tomamos como nuestra a la hora de elegir que camino escoger para llegar a tomar la decisión correcta en la resolución de la misma. “Lo que no queremos para nosotros, no lo queremos para los demás”.Por todo esto y con el paso del tiempo, la relación con el cliente se va convirtiendo en amistad que se va consolidando cada vez que nos ponemos en contacto por cualquier contingencia que necesite.
De todo esto sacamos una conclusión muy clara: somos personas y nos gusta que nos traten como tal. Las “máquinas” (teléfonos, Internet, etc ..) ayudan a resolver de forma más rápida y eficaz nuestras necesidades, pero las decisiones las toman las personas.